martes, 23 de agosto de 2011

Carta de amor

Hola...

Tengo tanto tiempo sin escribirte una carta que ya no se cómo empezar una. Cuando estaba pequeña solía escribirte varias porque creía que las leías mientras las redactaba, siempre a mi lado.

 iCómo ha pasado el tiempo! Cuando te fuiste una niña te estaba esperando y 19 años después te sigue esperando una mujer. Confieso que a veces sigo teniendo esa tonta fantasía de que se equivocaron al reconocer tu cuerpo y sigues vivo, con amnesia y que un día alguien querrá darme una sorpresa y entrarás por la puerta. Yo me desmayaré por supuesto, pero luego al despertar correré a abrazarte con una de esas sonrisas raras en la cara, llena de lágrimas.

Me torturo imaginando qué sentiste en ese momento, pero la peor tortura a la que puedo someterme es preguntarme si mientras caía el avión pensaste en mi. Por supuesto que si, yo lo se, pero me angustia tanto el imaginarte sufriendo con un recuerdo de hace apenas días.


Me haces falta desde hace 19 años y me harás falta toda la vida. Muero de remordimiento cuando no voy a ponerte flores pero no creas por un segundo que no te pienso, te extraño o te recuerdo. iLo hago cada vez que respiro!


He tratado de llevar mi vida contigo a mi lado, nunca me ha pasado nada y se que es porque siempre has estado aquí. También se que desde hace 4 meses extendiste un poco tus alas para cubrirnos a tu nieto y a mi. iComo quisiera que estuvieras aquí para cargarlo papá! Es imposible no morir de amor por él.


No hay manera en este mundo que me enseñe a extrañarte menos o a no desear que estés aquí, solo se que mi amor por ti sigue intacto y que algún día nos volveremos a ver.


iTe amo!
Bárbara



lunes, 22 de agosto de 2011

Asignatura pendiente




He leído a más de un usuario decir "Twitter ya no es lo mismo", "Extraño el Twitter de hace un año", incluso yo misma lo he dicho, sin embargo Twitter es una aplicación, es una manera de comunicarnos y lo que ha cambiado no ha sido la aplicación, si no nosotros y el uso que le hemos dado.

El ser humano por naturaleza es curioso. Frenamos en una vía cuando vemos un accidente y nos asomamos por la ventana del carro, nos gusta enterarnos de sucesos sobre otras personas y si a eso le atamos personas que, como yo, son extremadamente abiertas con sus cosas y les gusta expresar prácticamente todo lo que ocurre en sus vidas pues llegan los problemas. Grave error, y lástima que lo aprendí con golpes, cuando alguien me fallaba, cuando alguien contaba algo que le había dicho, cuando me encontraba con personas que sin conocerme y sin razón aparente disfrutaba cualquier problema que pudiera ocurrir en mi vida.

Cada vez que me desahogaba y drenaba mis molestias ganaba unos cuantos seguidores, dejé de hacerlo y disminuyó  el número de "follows". Analizando esto, creo que es fácil concluir que la "dramática o novelera" no soy yo.

El día que nació mi hijo fue el día más feliz de mi vida y será para siempre el recuerdo más hermoso e importante de mi vida personal. Si, la 1.0, la que no los incluye a ustedes extraños. En la 2.0, en esta vida virtual que nos gusta llevar quisiera cambiar lo que pasó ese día. ¡Pasó de ser el momento en el que algunos de mis followers expresaban su cariño hacia mí y hacia mi bebé a ser un show! Ese día mis followers pasaron de 1500 a 2200. 700 personas que en 1 año y medio no me habían seguido decidieron hacerlo ese día. Algunos resultaron excelentes para mi TL, lo oxigenaron con sus nuevos tweets y lo siguen haciendo... ¡Pero hay otros que resultaron ser una inmensa basura! Envidia, chismes, traiciones, ganas de destruir, de acabar con todo lo que podían.

¿Eso les parece duro? Duro es reconocer que muchos de los que resultaron ser una basura eran mis followers "de confianza", los que estaban conmigo desde el principio y a los que en muchos caso conocía en persona.

“Por andar ocupado en el cielo, me olvidé que en el suelo se vive mejor”. Decir que cerraré mi cuenta y me iré de Twitter sería la mentira más grande que podría decirles. A pesar de todo lo que ha ocurrido sencillamente veo lo positivo: me ayudó a madurar (a punta de golpes), a diferenciar la basura de lo que sirve, a no darle información a los mal intencionados, a entender que en este y en cualquier otra red social somos todos unos extraños, que más allá de 140 caracteres existe una vida fantástica, feliz, llena de todo lo necesario y hasta donde sobran cosas buenas. Bueno, al menos la mía lo es.