lunes, 30 de julio de 2012

Dame un beso así

Me lo he propuesto, lo juro, pero es que no consigo dejar de pensarte.

Pasaste de ser una salida a un "por favor, regresa". Tus sonrisas, tu mirada, tus abrazos y todo tú se convirtieron en una adicción.

Se me hace un poco complicado esto de seguir poniendo límites contigo, la verdad es que ya me rendí y me dejo llevar.

Siendo sincera, me atrapaste al primer beso.

miércoles, 25 de julio de 2012

¿Qué me has hecho tú?

Parece un tanto absurdo querer a alguien con quien peleas todo el tiempo, no tener nada realmente claro y esperar siempre que entre tantos “adiós”, ninguno sea el definitivo.

Resulta un poco extraño que esta sea la manera en la que funcionen las cosas, y convertirlo en algo que no se quiere perder, pero por lo que tampoco se lucha. Estar claros que aquí no hay más y aun así no dejar que se vaya.

Suele ser incómodo celar y darse cuenta que no existe derecho alguno, que cada quien hace lo mismo pero le molesta lo que se hace. Callar porque no existen razones para justificar lo que se quiere decir y sentirse completamente absurdo cuando las palabras le ganan al silencio.

Se convierte en algo tonto sentirse débil por algo que no es nada, perder las fuerzas incluso cuando no está aquí y no forma parte del día a día. Saber que por algún lado encontrará una grieta por donde colarse incluso cuando se construyan murallas alrededor, por protección.

Pero termina siendo completamente ilógico pretender que a pesar de todo eso, se quiere lejos. Que no existen razones más allá del orgullo mutuo para aceptar que esto no se mueve, pero tampoco se detiene y que sencillamente funciona en círculos. Que las cosas se adaptan a las personas y terminan siendo lo que ellas quieren.

A fin de cuentas terminó siendo un vicio.

martes, 17 de julio de 2012

Una vez más

Hablemos de la cara de tonta que tengo cuando pienso en ti, de este miedo inmenso de permitirme a sentir, de cómo mi cuerpo se pone en alerta cuando mi mente coloca tu cara en pantalla principal y de cómo mis labios dibujan una sonrisa cuando todo eso pasa.

Cuéntame del imán que viene escondido en tus labios y que atrae a los míos, de cómo tu nariz va directo a mi cuello cada vez que nos vemos y de las sonrisas que me atacan cuando te descubro viéndome. Dime de nuevo que piensas en mí, que no dejas de hacerlo y desordéname los días. Recuérdame que la única manera de enrollarnos es entre las sábanas y que lo “poco factible” a veces, desaparece.

Pretendo dejar heridas de guerra en cada visita, no poner caras tristes a la hora de la despedida y no guardar ninguna de las sonrisas que acumulo para ti. Prometo que no se me irán las piernas mientras me repites sin parar que me quieres, recordar cada momento en el que me llames como solo tú lo haces y encontrar una manera para que no sea tan difícil el que no estés aquí.

Yo te hablaré de cómo aún estando lejos te siento cerca. Y aceptaré que sí, que me estoy haciendo la dura y estoy oponiéndome con todas mis fuerzas a esa corriente en la que te mueves.

Que parezco una estúpida y no quiero serlo. Que la mente me está jugando sucio y no quiero. Que ya no sé si estoy controlando esto o si es que de verdad no siento nada y que definitivamente no me gusta no poder controlarlo todo.

Háblame de tus cosas, de tus historias, cuéntame solo lo que debo saber porque realmente lo demás no importa. Seamos sinceros siempre y sobretodo, seamos justos, que por mi parte, no existe petición alguna más allá de saber cómo hiciste para lograr que escribiera por ti.

Ahí estaré

"Cuando menos te des cuenta, esperándote, que esto apenas comienza"