lunes, 22 de agosto de 2011

Asignatura pendiente




He leído a más de un usuario decir "Twitter ya no es lo mismo", "Extraño el Twitter de hace un año", incluso yo misma lo he dicho, sin embargo Twitter es una aplicación, es una manera de comunicarnos y lo que ha cambiado no ha sido la aplicación, si no nosotros y el uso que le hemos dado.

El ser humano por naturaleza es curioso. Frenamos en una vía cuando vemos un accidente y nos asomamos por la ventana del carro, nos gusta enterarnos de sucesos sobre otras personas y si a eso le atamos personas que, como yo, son extremadamente abiertas con sus cosas y les gusta expresar prácticamente todo lo que ocurre en sus vidas pues llegan los problemas. Grave error, y lástima que lo aprendí con golpes, cuando alguien me fallaba, cuando alguien contaba algo que le había dicho, cuando me encontraba con personas que sin conocerme y sin razón aparente disfrutaba cualquier problema que pudiera ocurrir en mi vida.

Cada vez que me desahogaba y drenaba mis molestias ganaba unos cuantos seguidores, dejé de hacerlo y disminuyó  el número de "follows". Analizando esto, creo que es fácil concluir que la "dramática o novelera" no soy yo.

El día que nació mi hijo fue el día más feliz de mi vida y será para siempre el recuerdo más hermoso e importante de mi vida personal. Si, la 1.0, la que no los incluye a ustedes extraños. En la 2.0, en esta vida virtual que nos gusta llevar quisiera cambiar lo que pasó ese día. ¡Pasó de ser el momento en el que algunos de mis followers expresaban su cariño hacia mí y hacia mi bebé a ser un show! Ese día mis followers pasaron de 1500 a 2200. 700 personas que en 1 año y medio no me habían seguido decidieron hacerlo ese día. Algunos resultaron excelentes para mi TL, lo oxigenaron con sus nuevos tweets y lo siguen haciendo... ¡Pero hay otros que resultaron ser una inmensa basura! Envidia, chismes, traiciones, ganas de destruir, de acabar con todo lo que podían.

¿Eso les parece duro? Duro es reconocer que muchos de los que resultaron ser una basura eran mis followers "de confianza", los que estaban conmigo desde el principio y a los que en muchos caso conocía en persona.

“Por andar ocupado en el cielo, me olvidé que en el suelo se vive mejor”. Decir que cerraré mi cuenta y me iré de Twitter sería la mentira más grande que podría decirles. A pesar de todo lo que ha ocurrido sencillamente veo lo positivo: me ayudó a madurar (a punta de golpes), a diferenciar la basura de lo que sirve, a no darle información a los mal intencionados, a entender que en este y en cualquier otra red social somos todos unos extraños, que más allá de 140 caracteres existe una vida fantástica, feliz, llena de todo lo necesario y hasta donde sobran cosas buenas. Bueno, al menos la mía lo es.


1 comentario:

  1. Después de tanto tiempo, y esto aún pasa... ¿por qué será que en lugar de aprender, repetimos los mismo factores? Me gusta venir a este post cuando siento que pierdo el norte de lo que Twitter significa en realidad.

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