jueves, 5 de mayo de 2011

Confesiones

Soy obsesiva respecto a las cosas. Reconozco que necesito que me den la razón cuando se que la tengo. Odio que me mientan, odio que me vean cara de estúpida, odio que no confíen en mi, especialmente esas personas con quienes me permito aplicar mi intuición.

Con las personas no, con ellas suelo ser posesiva y celosa. Suelo decirle "mi" a los que están en mi vida... "Mi amiga" "Mi novio" "Mi negro" "Mi gordo" "Mi príncipe" "Mi vida" "Mi nena". No soporto que no me inviten a un sitio aun si ya saben que no podré ir. Me revienta pensar que lo que me dicen a mí se lo puedan decir a otra. Me gusta sentarme en el asiento de copiloto en los carros de "mi gente".

Me apego muy rápido a la gente pero de la misma manera las dejo ir. Por eso son tan valiosas para mi las personas que a pesar de los años continúan en mi vida.

Mis despechos duran dos días, mi obsesión por entender por qué ya no le gusto puede durar meses. Solo he vivido un guayabo como los que Dios manda: me dio amigdalitis, neumonía y rebajé 12 kilos. Duré casi un año olvidándolo y lo dejé ir el día que entendí que no era que no podía, sino que no quería. Es el único hombre a quien nunca le dije que lo amaba. Ese dolor me hizo sentir viva.

El día que mi papá murió corrí gritando por la casa y di varias vueltas hasta que lograron atraparme. Me desmayé cuando lo vi en la urna, tenía 8 años y pensé que nunca iba a vivir algo peor... Hasta que 16 años más tarde desperté con los gritos de mi abuela. Me toco darle respiración boca a boca a mi tío. Ya estaba muerto. Pase un mes congelada por dentro. Aun despierto asustada cuando alguien grita.

Siempre digo que en mi vida han existido más amigos que amigas, pero la verdad solo puedo mencionar a uno que verdaderamente fue mi amigo y no quiso nada más. Con las mujeres ya es otro cuento que podría resumir en celos, 
hombres y envidia.

Mi casa siempre ha sido más bonita que las de mis amigos pero aun así nunca le he prestado atención cuando los visito. Siempre he querido que me regalen una cadenita de plata delgadita con un dije y a nadie se le ha ocurrido. No me gusta que me regalen ropa, lo odio.

Nunca me he sentido fea. He estado flaca, buenísima, gordita y gorda y siempre me he sentido igual. Me gradué de la universidad con la idea de nunca depender de un hombre.

He besado a todos los hombres que he querido besar, los que faltan aun no me conocen. Fui infiel y nunca se enteraron, y de haberse enterado se hicieron los locos.

No puedo salir de mi casa sin bañarme. Me lavo el cabello todos los días. Tengo 5 tatuajes y quiero otro(s) más solo que no se en donde. Todos tienen un significado y un por qué. Odio el color marrón con toda mi vida. Soy extremadamente directa y sincera. Nunca he logrado callar algo que pienso o siento. Solía escribir tanto que mi abuela aun espera que escriba mi primer libro. Yo aun espero que ella no muera nunca.

Defiendo como una fiera a mi gente, mi principal fortaleza es la empatía. Soy fiel a mis ideales, no hago nada por obligación y lucho por lo que quiero. Puedo leerme un libro en un día. 

Soy géminis. No, no somos mentirosos ni doble cara. Odio a todos los que usan el término bipolar para cualquier cambio de humor. Acepto cuando me equivoco.

Nunca he probado ninguna droga. Una vez probé el cigarro y pasé una semana ahogada. Odio que me fumen encima. Tuve un novio que dejó de fumar para tener un chamo conmigo pero yo lo dejé primero a él.

Soy hija única... Pude haber empezado por ahí.


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